2006/06/18

Continuidad en Febrero

A Johanna... que, en Agosto, me sacó de Febrero.
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“¿Cómo rompo la monotonía?”, me preguntó un viejo amigo después de leer mi relato Continuidad en Febrero. De inmediato, le dije la verdad: lamentablemente no tenía una respuesta para su pregunta.
Voy a ver el partido de básquet –agregó antes de irse–. Y a buscar un lápiz para tachar el 30 febrero en el almanaque”.

Bueno, el cuento lo hice para Johanna, y recién aparecerá en el portal de El Proyecto Sherezade el 1 de Julio. Pero los que quieran leerlo (y, de paso, tachar el 30 de febrero en el almanaque), ya pueden hacerlo.

El día que escribí Continuidad en Febrero anduve sumergido en la lectura de dos historias de distinta factura: La segunda juventud de Luis Loayza y Casa Tomada de Julio Cortázar. Recomiendo ambos relatos que nada tienen que ver con el mío que, me parece, nace de mi aversión a la monotonía, de mi rechazo a una vida uniforme y sin sobresaltos. Marcus Riga tenía (¡tal vez sigue teniendo!) una vida como la de muchos seres humanos: predecible y aburrida hasta la exasperación (un almanaque tuvo que sacudirlo y, por un día, redimirlo de esa rutina embrutecedora). En el fondo, lo detesto visceralmente porque él y sus almanaques tienen mucho de mí.
© Orlando Mazeyra Guillén, 2006.

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