2007/09/21

21 de setiembre: día del desagravio nacional


Este dictamen de la Corte Suprema chilena debe ser, ante todo, una lección que ojalá algún día aprendamos. Si Chile es un país democrático y próspero es porque nuestros vecinos han entendido que la Justicia y la Libertad sólo se alcanzan cimentando una auténtica independencia de poderes.
Ahora, sólo a nosotros nos corresponde hacer de este 21 de septiembre una fecha trascendente que sea, pues, recordada por las nuevas generaciones como el Día del Desagravio Nacional, el día en el que el regocijo nos inyectó una generosa cuota de esa esperanza que dice que el tiempo pone cada cosa en su lugar.
Es de elemental honestidad reconocer que dejarle todo el peso de las decisiones al poder judicial o “confiar en la justicia peruana” me resulta un olímpico dislate. Pero, es cierto, no nos queda otra. ¿Estarán nuestros magistrados a la altura de las circunstancias? No lo sé, esperemos que ellos, a los escépticos como yo, nos tapen la boca condenando a la versión nipona del Chivo dominicano.
Fujimori volverá al país y eso está bien. Lo que estaría mal es que el oportunismo político lo convierta en una estupenda cortina de humo de esas que pervierten al país y hacen las delicias de los viles y rufianes. Sería un error, también, que el aprismo y el fujimorismo armen soterradamente una posible alianza vituperable –que ya tiene un antecedente en las elecciones de 1990– que aligere el camino hacia la impunidad que, a partir de hoy, intentarán construir los carceleros de la memoria y los ensalzadores de la carroña como Carlos Rafo, sin duda, el florón de la corona. Hoy más que nunca debemos tomar nota estricta del voto unánime de la justicia chilena condenando la violación de los derechos humanos (La Cantuta y Barrios Altos).
Señores jueces y fiscales: si Alberto Fujimori ha hecho algo en vida no es sino arrinconar a la justicia, esquilmar al pueblo y sodomizar la libertad; méritos suficientes para recibir los rigores del calabozo más lóbrego e ínfimo en donde no quepan ni él ni su juez más inexpugnable: su propia conciencia.

2007/09/19

¡Ya no importa, Eros!


De ella nada sé, es cierto, la acabo de recoger de la calle. No importa: imagino su infancia a través de sus muslos, pienso su futuro a través de sus pechos, razono su presente a través de su boca.
Cuando la penetro soy cara y cruz, más que vida y más que muerte, quizá las dos juntas o la negación de ambas. Me desespero como el todo y la nada. Abro la mente y cierro la muerte. Vivo la cama y mato la calma. Acordono la felicidad a través del fragor de un volcán que inunda el paraíso carnal. Los gemidos y el jadeo me regresan a lo que soy. ¡Ya no importa, Eros, vete de aquí!

© Orlando Mazeyra Guillén, 2007.

Imagen:
"Mi esposa desnuda" de Salvador Dalí (1945)



2007/09/02

"El blog es de veras un medio maravilloso, pero también un imán de infamias y sandeces"


En la edición de Setiembre de la revista literaria Remolinos aparece una entrevista que me hicieran hace unas semanas. Creo que lo más destacable de ella está en el resultado del intercambio epistolar que tuve con Fernando Ampuero:
Internet y los blogs en especial me generan sentimientos encontrados. Yo, sin radicar en Lima y sin formar parte de la movida cultural de la capital, he visto, a la distancia, cómo se manejan las cosas y he sido, ojalá me equivoque, carne de cañón en algún caso. Y digo esto porque publiqué en Lima y, al poco tiempo, recibí una crítica excesiva que, en un primer momento, creí honesta, pues entiendo que no a todos les tiene que gustar mis historias; pero después descubrí que todo no había pasado de ser un ajuste de cuentas con mi editor. Esto me llenó de tribulaciones y lamentos. Estaba decepcionado y por eso le escribí a un escritor recorrido y reconocido, para recibir sus consejos. Acá, en las esferas culturales del Perú, si eres amigo del enemigo de alguien, pasas como por arte de magia a ser también su enemigo. Yo quiero demostrar que las cosas no deben ser así y por eso doy mi testimonio. Es célebre la enemistad o animadversión entre Oswaldo Reynoso (mi mentor y corrector de mis manuscritos) y Fernando Ampuero. Eso vendría a condionarme pavlovianamente y a convertirme en enemigo de Ampuero. Pues bien, yo recurrí al segundo y sus palabras fueron tan edificantes y motivadoras que hasta hoy las agradezco, es por eso que acá, copio, a modo de reflexión, una de sus atingencias: "No le hagas caso a los insultos de la blogósfera. El blog es de veras un medio maravilloso, pero también un imán de infamias y sandeces. Si a Shakespeare le hubiera tocado nacer en estos tiempos, lo más seguro es que hace rato lo hubieran mandado a parir".
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Pueden leer toda la entrevista en Remolinos
Imagen: Fernando Ampuero (fuente: Caretas)