2011/01/29

He aprendido...


He aprendido que escribir es empeñarse y es dejarse llevar en la misma medida en que es contar algo que se sabe y también aventurarse en lo que no se sabe y no habrá manera de que llegue a saberse si no es mediante la escritura misma.

He aprendido que los únicos estimulantes que necesito para escribir están dentro de mí mismo, en la orgía electroquímica de los neurotransmisores que combinan súbitamente imágenes del recuerdo o de la fantasía en un sueño lúcido. Por comparación con esa efervescencia el efecto de cualquier droga, de la nicotina o del alcohol es una bagatela, un gasto inútil de energía física y mental.

He aprendido que el ejercicio físico y las tareas prácticas ayudan a que se dispare la imaginación y a que las ideas, las imágenes, las conexiones, las palabras, surjan más velozmente. Gracias a la ebriedad de oxígeno de una carrera o de una buena caminata o a la atención alerta y la multiplicidad de pequeñas tareas necesarias para cocinar un arroz he inventado personajes o situaciones o giros argumentales que de otra manera no habrían surgido.

La literatura es mi afición y mi trabajo, pero no creo que sea lo más importante de la vida, ni mucho menos que se baste para darle sentido. Más que la literatura me importa el bienestar de las personas que quiero: mi mujer, nuestros hijos, nuestra doble y complicada familia. Mi padre murió en marzo de 2004 y todavía me acuerdo mucho de él, y pienso en cómo sería si hubiera seguido viviendo, internándose en la vejez que le daba tanto miedo.

Creo que el escritor continúa el oficio inmemorial de los narradores de cuentos, que daban forma mediante relatos orales a la experiencia compartida del mundo. Contar y escuchar historias no es un capricho, ni una sofisticación intelectual: es un rasgo universal de la condición humana, que está en todas las sociedades y arranca en la primera edad de la vida. Quizás por eso no me atrae mucho la literatura que se vuelca sobre sí misma, que tiene al escritor y a la escritura como focos principales de atención. Cervantes y Galdós, Virginia Woolf y James Joyce, Borges y Onetti, Proust y Flaubert, entre tantos otros, me han enseñado lo mismo, de muy diversas maneras: a buscar la forma más eficaz de contar la realidad visible del mundo y la invisible de la conciencia humana. Pero también aprendo mucho de la música y de la pintura, y del cine, aunque lo frecuento menos que cuando era más joven.

Antonio Muñoz Molina

2011/01/23

Las luces te mostrarán el camino a casa y encenderán tus huesos


Cuando das lo mejor de ti,
pero no es suficiente.

Cuando obtienes lo que deseas,
pero no lo que necesitas.

Cuando el cansancio te agobia,
pero no puedes dormir.

Sin poder dejar de ir en reversa.

Y las lágrimas corren por tus mejillas...
Cuando sientes que has perdido
algo que nunca podrás reeemplazar.

Cuando le das tu amor a alguien,
pero no sirve de nada,
¿podría ser peor?

Las luces te mostrarán el camino a casa
y encenderán tus huesos
y yo trataré de repararte.

Subir a lo más alto o bajar a lo más bajo
cuando amas tanto que no
puedes dejar a esa persona,
pero si nunca intentas,
jamás sabrás
lo que vales en realidad.

Las luces te mostrarán el camino a casa
y encenderán tus huesos
y yo trataré de repararte.

Lágrimas corren por tus mejillas
cuando sientes que has perdido


2011/01/17

Ni pan ni circo: sólo un triciclo maltrecho llamado PERÚ



Triciclo con zapato, un vaso de chicha, un buen reloj,
camisas, chucherías, de todo en las calles, y en montón:
persigna la “primera venta”, las calles están repletas
empuja el triciclo ambulante llamado ¡PERÚ!

Los micros están repletos, la gente se apresta a trabajar:
obreros, empleados, doctor, enfermera, y hasta un capitán,
van mirando sus relojes mientras el microbusero
impulsa estos pistones llamados ¡PERÚ!

(Fragmento de «Triciclo Perú» de Los Mojarras).

____

Acerca del Perú, dejó dicho en su momento el maestro Julio Ramón Ribeyro: «somos un pueblo no sólo pobre y jodido y maltratado, sino privado hasta de esos júbilos inmateriales que son los júbilos deportivos: ni pan ni circo (circo sí, pero en el cual nos comen los leones o el gladiador rival nos despedaza). No creo que las victorias deportivas aplaquen el hambre de un pueblo, pero les proporciona una satisfacción cualitativa, interior, que forma parte de los bienes de la vida».

Que esta reflexión de un escritor amante del buen fútbol, nos sirva para recordar que en setiembre del 2010, un mediocre entrenador que, aparte de estar acostumbrado a pelear la baja, hace diez años fracasó rotundamente en la Ciudad Blanca con la generación Sub-17 de Jefferson Farfán y Paolo Guerrero, dijo, sin el menor empacho, que lo peor para nuestro seleccionado Sub-20 no era la falta de partidos internacionales, lo verdaderamente dañino para la rojiblanca era jugar de locales en Arequipa. Según César Gonzáles, más conocido como Chalaca, «jugar en Arequipa es peor que jugar en Chile. Los arequipeños no apoyan a los valores peruanos».

Quisiera, a nombre del aficionado local (y en especial en mi calidad de hincha del F.B.C. Melgar, como buen arequipeño), decirle a él y a todos los obtusos que piensan que la selección peruana es exclusividad de los capitalinos ombliguistas, que, al pie del Misti, los arequipeños atiborramos el estadio Monumental: un lleno de bandera que nos hizo recordar la inauguración de este coloso deportivo, allá por el año 1995, en un choque entre el F.B.C. Melgar y Alianza Lima (más de uno, invadido por la nostalgia, recordará ese intenso partido y, por supuesto, el certero cabezazo de Jorge Luis “el Pato” Tapia que selló el empate 1-1 entre rojinegros y victorianos).

Decía, pues, que colmamos las graderías de nuestro mejor escenario deportivo ansiosos de disfrutar de una victoria de nuestro joven seleccionado para, de una buena vez (y después de mucho tiempo), hacer morder el polvo de la derrota al rival de siempre. Por eso alentamos sin remilgos a once futbolistas que nada tenían de equipo: simplemente una suma (o habría que decir resta) de individualidades con distintas y clamorosas taras: fútbol amarrete en los delanteros, defensas inseguros y unos volantes bisoños que están tan verdes que no parecen comprender que ellos constituyen el necesario tránsito entre la defensa y el ataque (y viceversa).

Chile, por su parte, ya tiene una marca registrada desde que Harold Mayne-Nicholls (la antípoda de Burga) tuvo el acierto de contratar a Marcelo Bielsa (que preparó a este equipo juvenil antes de su arribo a Arequipa, mientras Markarián sólo se ocupa de los mayores, primera gran diferencia). El rival se valió de una elogiosa solidaridad aunada a un juego efectivo y paciente que los puso arriba comenzando el segundo tiempo. Ese equipo modesto, pero comprometido, aprovechó entonces el nerviosismo y la fragilidad defensiva de los ¿locales? para darnos el tiro de gracia. Dos a cero y, claro, Burga no se despeina, la taquilla es su inocultable recompensa, por supuesto. Eso lo aprendió de su mejor maestro: Nicolás Atilio Delfino Puchinelli, quien vendría a ser para el fútbol peruano lo que Agustín Mantilla es para el Apra.

La prensa deportiva limeña, para variar, hizo bien su tarea: nos vendieron un arquerazo (y no a ese manojo de nervios que nunca brindó seguridad) y a una «nueva generación» para empezar el cambio. Humo, señores, sólo humo. Por eso el Perú jamás participó de un mundial Sub-20. No hay vuelta de página, seguimos en lo mismo: nos hemos hecho viejos sumando «nuevas generaciones» y «nuevos procesos». Llevamos 40 años buscando al heredero de Teófilo Cubillas y nos encontramos nada menos que con Reimond Manco. Pero vamos más allá, ¿acaso Claudio Pizarro ha hecho méritos, con la camiseta nacional, para ponerse esa cinta del Capitán de América, Héctor Chumpitaz? No, porque sus récords empiezan y terminan en Alemania. La mecha se apaga ni bien pisa el aeropuerto Jorge Chávez… para dar paso a los caballos y a las apuestas, ¿verdad?

Manuel Burga Seoane (o el «aprendiz de pobre diablo» diría César Hildebrandt) es sinónimo de fracaso, el vergonzoso emblema de un fútbol que da manotazos de ahogado de cuando en cuando… la personificación del pícaro o criollazo que se sirve de los imbéciles (prensa y afición, si me permiten) para amasar dinero, viajar a cuerpo de rey y reelegirse de manera grosera.

Sean hidalgos, señores periodistas capitalinos, y resalten que Arequipa quiso ser generosa con una sarta de borrachines que aprendieron bien la lección de los “mayorcitos”. Estos peloteros cambiaron el lugar, pero no las malas costumbres: esta vez no fue el hotel El Golf de La Molina, sino el El Lago de Sabandía. Francachela y jarana con el visto bueno de Ferrín. ¡Feliz 2011 y a seguir fracasando!

(Hoy, Deporte Total, el bloque deportivo del diario El Comercio de Lima afirma que el “Perú debutó de la peor manera posible: con una derrota ante Chile que lo dejó mal parado y con el mundo (y Arequipa) en contra”.
PARA LA PACHOTADA Y LA BROMITA INNECESARIA SÍ SOMOS PILAS, ¿NO?)

A estas alturas hay que reconocer que Chile empezó a ejercer una paternidad futbolera que, duele cotejarlo, guarda coherencia con la paternidad económica que muestran sus copiosas inversiones y sus flamantes centros comerciales: los chilenos nos pintan la cara, en Lima o Arequipa, y no pasa nada. Duele llenar el estadio, la garganta está rota y las ilusiones aplastadas por botines mapochos. Así no vale… Así no juega Perú… ¿Cuándo rayos nos pondremos si no a competir, aunque sea a tratar de jugar en serio? ¿Alguien les hará entender a nuestros juveniles que el fútbol es una profesión y como tal se debe asumir con responsabilidad, y no como un derrotero que busca la camioneta del año y el coqueteo con la vedette del momento? ¿Saben qué le dice el fútbol chileno a su par peruano? “Tócame, que soy realidad”. Burga, por su parte, muestra la sonrisa cínica de costumbre, pues se sabe intocable: una mentira andante cuyo blindaje se hace más patente con los nuevos fracasos.

Ferrín ya ensaya un lavado de manos: “asumo la responsabilidad en la derrota del domingo”, dijo el entrenador uruguayo antes de sacar el látigo: “pero no soy responsable de los últimos 20 años en los que el Perú no gana nada”. Pilatos no lo hubiera hecho mejor.

Este texto transido de impotencia y desazón, y escrito al calor de una derrota que duele el doble por el rival que tuvimos enfrente, se lo hice llegar al periodista limeño (Cable Mágico Deportes) Alberto Beingolea, quien me dijo: “todos estamos molestos, Orlando, ¿cuáles son tus propuestas?”. Conclusión: la prensa vende humo pero, a falta de ideas, le pide a la afición que proponga algo nuevo (y la actitud es insoportablemente elocuente en el caso de Beingolea, pues él aspira a una curul congresal). ¡Así estamos: ni pan ni circo, como decía el bueno de Ribeyro! Es imposible cambiar si la cabeza está podrida (embriagada de poder) y la prensa obnubilada fabricando nuevas coartadas para hacernos creer que estamos “¡RUMBO A BRASIL 2014!”. Amañar elecciones y comprar votos para eternizarse en el poder es renunciar al cambio (gracias Aníbal Calle, otro arribista amateur). Manuel Gonzáles Prada pedía que los viejos se fueran a la tumba, para que los jóvenes se pongan manos a la obra. La truculenta realidad nos obliga a seguir recurriendo a Cubillas, Chumpitaz y Cachito Ramírez para escapar de estos atroces descalabros deportivos y recordar que algún día fuimos un equipo digno. ¿En qué momento se jodió el fútbol peruano, Zavalita? No importa, pues a Markarián le dicen “el Mago”, ésa es nuestra única esperanza.

Nota final.- La violencia no se justifica, pero Burga provoca al aficionado arequipeño haciéndose presente en el estadio. A los muchachos, a pesar de sus falencias y errores, hay que apoyarlos. No nos queda otra. Además, y esto es lo más importante: no nos podemos bajar, porque ésta no es la combi de fantoches de Barba, Kouri o Bayly, no estamos hablando tampoco del helicóptero que soporta el ego colosal y la prominente barriga de ese fiasco apellidado García Pérez; ni siquiera podemos apelar a las ostentosas camionetas que le “arriendan” a Humala… o del avión presidencial que lleva a Toledo a Punta Sal.

Este es el triciclo (o lo que queda de él): nuestro triciclo maltrecho llamado PERÚ. Sigamos pedaleando y recordemos a José Saramago: La derrota tiene algo positivo: nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo: jamás es definitiva.

2011/01/14

Todas las mañanas cuando me despierto, pienso...



(...) "Les voy a proponer saltar a otro tema, si el salto no les molesta".

Borges: He venido saltando desde hace 75 años.

Sábato: Todos. ¿Qué le parece como salto eso del despertar cada mañana? "Recuérdenme a las nueve". Así se decía antes, en el campo, cuando yo era chico. "Recordarlo", como quien se ha olvidado de la existencia. Cuando dormimos el alma viaja fuera del espacio y del tiempo.

(Borges se ha quedado pensativo. Inmóvil, parece evocar algo. Hay un silencio en Sábato, esperando).

Borges: Todas las mañanas cuando me despierto, pienso: "Soy Borges, estoy viviendo en la calle Maipú, mi madre está en la pieza contigua, muy enferma, y vuelvo..."

Sábato: De los dos Borges, seguramente el que sueña es el más auténtico. Porque lo que escribe debe representar más ese mundo de la noche. Además, recuerdo que usted comenzó a escribir los cuentos fantásticos después de ese golpe en la cabeza...

(La mano de Borges señala en la cabeza un rastro. Me hace que lo toque para que compruebe que existe. Explica que fue contra una persiana de "fierro").

Borges: Recuerdo que en el sanatorio no podía dormir, porque si lo hacía tenía alucinaciones. Cuando estuve mejor y me dijeron que había estado a punto de morir, me puse a llorar. Todo esto fue allá por 1945, creo. O antes. Estaba empleado en la Biblioteca de Almagro.

Sábato: Sí, antes de que lo ascendieran a inspector de gallinas.

Borges: Fíjese que me dieron ese puesto para humillarme y renuncié el mismo día. Recuerdo que a un amigo mío le pregunté, por qué habiendo cuarenta empleados en la Biblioteca me echaban a mí, que era escritor. Me preguntó si yo no había estado con los aliados durante la guerra. Le respondí que sí. Y entonces ¿qué quiere?, me dijo. Me di cuenta de que esa lógica era irrefutable.

2011/01/12

¿Messi es el mejor del Planeta Fútbol?



¿Lionel Messi (Rosario, 1987) es el mejor futbolista del mundo?
Primero: no se puede caer en la mezquindad producto del fracaso argentino en Sudáfrica. Su mundial no fue mediocre. Todo lo contrario: Lio fue, sin duda, la figura de Argentina ,a pesar de no marcar un sólo gol (muchísimos palos).
Segundo: al enterarme de que recibió otra vez el Balón de Oro pensé, de inmediato, que jugó a su favor al marketing. Pues, lo sabemos todos, la FIFA sólo piensa en fichas: seguir hinchando sus arcas a costa de los que ponen sus piernas y su arte en el césped de juego. Y ahí el rosarino no tiene competencia.
Tecero: hace algunas semanas Grondona lo declaró el mejor 10 de la historia del fútbol argentino. Una exageración que sólo se puede aceptar si hablamos de Messi. No obstante, Maradona sigue siendo el mejor de la historia. Si Messi gana una copa del mundo estará un peldaño abajo.
Dejo, como inobjetable testimonio, una columna del siempre lúcido Jorge Barraza.

Los futbolistas salvaron a Messi de los periodistas

Que el Balón de Oro 2010 concedido a Messi haya generado sorpresa, en algunos casos perplejidad o polémica es, como mínimo, insólito. O absurdo. Entregar el premio de mejor futbolista del mundo justamente al mejor del mundo nunca puede causar estupor ni asombro. Menos, indignación (en España).

No puede ser jamás un dislate dar el Oscar a Robert De Niro o los Guantes de Oro a Muhammad Ali en el esplendor de sus carreras. ¿Cómo alguien podría escandalizarse porque Vargas Llosa recibe el Nobel de Literatura?

Tuvo que ser José Mourinho -olvidando que es el técnico del Madrid- quien aportara un soplo de sensatez en medio de la estupidez: "Un Balón de Oro en las manos de Messi siempre está en buenas manos. Es un jugador de otro planeta", resumió. Paolo Maldini ya había sentado posición: "Yo a Messi le daría un Balón de Oro cada año".

Desde luego, había tres candidatos excelentes y cualquiera de ellos que ganara hubiese estado perfecto. Por fútbol, por rendimiento, méritos, clase y porque todos tenemos una preferencia determinada, nuestro voto era para Xavi. Por razones de edad, para el fabuloso conductor del Barcelona era ahora o nunca. No se dio.

Iniesta era un prospecto razonable e igualmente merecía el galardón. Es una pieza esencial del fantástico Barcelona, ha sido campeón del mundo esta temporada, marcó el gol de la victoria en la final.

Sin embargo, la corona fue para el artista que nos deslumbra en cada partido que juega, que a los 23 años (aunque le falten títulos, goles y recorrrido) ya tercia en la comparación con Pelé y Maradona. Para un jugador que ha marcado la bestialidad de 60 goles en 64 partidos en el año correspondiente al premio; que además es un irresistible asistidor y buen recuperador. Una estrella con absoluto sentido de equipo.

Hablar de las bondades de Messi es redundante, empalagoso. No amerita una línea más de esta columna. Para los "estupefactos", caben algunas consideraciones.

1) En años mundialistas, la Copa del Mundo determina en buena medida al Balón de Oro. Sin embargo, el de Sudáfrica fue un Mundial discreto, de fútbol pobre, hasta decepcionante. En ese marco, España resultó un campeón correcto. O bueno. No deslumbró. Concretó mucho menos de lo que intentó. Y cuidado, fue el justo y merecido ganador. Pero en esa España no hubo una figura excluyente. Emerge Iniesta por el gol de la final o Xavi por su magnífica semifinal ante Alemania. Por eso, esta vez el Mundial tuvo menos influencia en la elección del Balón de Oro que en otras ocasiones. Además, esta es una distinción individual, no hay que premiar a España por su título con este Balón.

2) "Iniesta es excelente, pero si lo que decide es únicamente el Mundial, entonces el Balón de Oro debería ser para Forlán, que fue el mejor del torneo", razonó ayer Waldemar Victorino, aquel goleador de Nacional y la Celeste en los '80, con quien compartimos un café. Brillante reflexión.

3) A Messi se le achaca no haber sido campeón con Argentina. Si todos entendemos que el fútbol es un juego colectivo, ¿por qué exigir que un jugador gane solo el Mundial...?

4) "La FIFA es una vergüenza", "Blatter antiespañol", tronaron en España. La FIFA no elige: son los entrenadores y capitanes de todas las selecciones del mundo quienes lo hacen. Esta vez, dada la unificación del Jugador Mundial de la FIFA con el Balón de Oro de France Football, también votaron los periodistas. Y acá perdió nivel el nombramiento: en general, los periodistas no están a la altura de los jugadores ni de los técnicos: saben menos. Igual, no existe un galardón mejor organizado, más transparente ni calificado: al instante de conocerse el vencedor, se da a publicidad el voto individual de cada uno. FIFA y France Football sólo recogen el sufragio.

5) Lo habíamos anticipado, a Messi pueden salvarlo los futbolistas y los entrenadores. Ellos saben dimensionar las proezas que hace dentro de una cancha. Entre 154 periodistas, Messi apenas logró 18 primeros puestos (90 puntos), Iniesta 40 (200). Los 136 directores técnicos votantes encumbraron a Messi: 51 a 30. Y los 136 futbolistas lo dieron ganador también a Leo por 45 a 26. Clarísimo: para quienes más conocen del asunto, Messi.

6) El premio otorga 5 puntos a quien obtiene un primer puesto, 3 al segundo y 1 al tercero. En este escenario, será muy difícil que Messi no esté definiendo el Balón de Oro en los próximos años. ¿Cómo no incluirlo entre los tres primeros?

Ni indignación ni asombros ni escándalos, Messi es un Balón de Oro irreprochable.


2011/01/05

La voluntad de crear (*)

"Confusamente, deseó perder la voluntad y la imaginación y ejecutar el plan como una máquina ciega. Pasaba días enteros abandonado a una rutina que decidía por él, empujado dulcemente a acciones que apenas notaba; ahora era distinto, se había impuesto lo de esta noche, sentía una lucidez insólita".
(*) No. No es el Serrano Cava. Es el mismo Mario Vargas Llosa en pleno proceso creativo: desconcertado a veces, anulado, bloqueado. Perdiendo de cuando en cuando esa voluntad creativa. Pero... volviendo al ruedo... como el mismo Serrano en este fragmento de La ciudad y los perros.

2011/01/03

En el nombre del Padre (1946-2011)

Pete Postlethwaite, a la derecha (al lado de Daniel Day Lewis), ha muerto a los 64 años.
Pero ya está entre los grandes del séptimo arte por esa entrañable actuación en la película En el nombre del Padre.
Una pena más para este 2011 que recién comienza con un Carnaval de Brasil pero a lo AC, es decir: TRISTEZA ÑAO TEM FIM



No son canciones urgentes,
no son asuntos pendientes,
no son martes de carnaval de Brasil,
TRISTEZA ÑAO TEM FIM...