2011/08/24

Carlos Bellatín: «¡A mí me cuesta mucho crecer!»

Foto archivo: Julio de 2009.
Entrevista: martes 23 de agosto de 2011.


–Carlos, me dijiste que ya estabas preparado para una entrevista, ¿por qué?

Porque estaba entendiendo el significado de la humildad.

–¿Sientes que durante muchas etapas de tu vida te ha faltado humildad?

–¡Claro! Y si esto lo leen los patas de la promo, entonces aprovecho para disculparme con todos aquellos a quienes he ofendido. Porque cuando alguien viene y te dice que eres más que los demás, a veces te envaneces.

–Eso es producto de una mala formación…

–De una mala formación en el colegio, en la familia, en la sociedad… Hasta en el círculo de amigos del barrio pasa eso también…

–¿En qué momento de tu vida te das cuenta de que te has envanecido?

–No es un momento. Lo veo como un proceso, porque me di cuenta varias veces. Y supongo que me voy a seguir dando cuenta muchas veces más. En este momento me doy cuenta contundentemente de que hay que dejar de lado la arrogancia, pero no es la primera vez que me ocurre esto. ¡A mí me cuesta mucho crecer!

–Para ti, ¿quién es Carlos Bellatín?

–Una persona que quiere crecer. Pero no crecer para sí mismo, sino para ser útil.

–¿De dónde viene tu vanidad?

–De una egolatría, de una careta que haces de ti. El inconsciente crea una realidad virtual y nos la hace creer para que podamos vivir tranquilos, porque si no fuera por ese inconsciente estaríamos muy cerca de la realidad y nos volveríamos esquizofrénicos.

¿Qué harías con el Carlos Bellatín del colegio?

–Una sesión de sicoanálisis o algo parecido. Lo pondría en el diván para dejar de lado la mentalidad subdesarrollada. Pero, ojo, menciono el sicoanálisis como una construcción de pensamiento que está ahí para ayudar, como otras más, en el estudio de la personalidad del individuo.

–Has estudiado ingeniería electrónica y escribes poesía. ¿Qué eres más un ingeniero o un poeta?

–Te voy a dar en la yema del gusto porque voy a citar a Vargas Llosa, porque él tenía oficios alimenticios que nada tenían que ver con la literatura. Si yo fuera a aplicar mi ingeniería en otro país, sí quiero ser ingeniero, pero no como un profesional alimenticio en el caso del Perú. ¡En el Perú cómo vas a crear algo si estamos en un país donde se desprecia la investigación, se desprecia la ciencia y sólo se busca la mano de obra calificada o técnica para cubrir la demanda del modelo actual!

–Algún compañero de la promoción comentaba en una reunión cómo era posible que la excelencia de la promoción, el número uno: Carlos Bellatín, no fuera actualmente un gerente o un empresario de primer nivel, con los antecedentes del colegio. O sea que no eres “exitoso”…

–Yo le diría, pues, que felizmente me salvé de eso. Porque en el tipo de sociedad occidental en el que vivimos el éxito sólo se concibe como “dedícate a trabajar durante cinco días de la semana, ten dos días de parranda y nunca crezcas”. O sea, el éxito en este tipo de sociedad consiste en que hay una meta: tú llegas a esa meta y ya no necesitas nada. Pero la vida no es eso: la vida es crecer hasta que te mueras. Según los patrones de "éxito", no: tú llegas a ser el gerentazo y ya. Se acabó.

–Pero eso no quita que quieras vivir con comodidades.

–Es que hay que pensar qué tipo de comodidades son necesidades realmente tuyas, y qué tipo de necesidades te las han prefabricado a través de la propaganda.

–No quieres casarte.

–No creo en el matrimonio por razones científicas.

–En primer lugar, no crees en el matrimonio religioso porque eres ateo.

–Así es.

–¿Y por qué eres ateo?

–Porque las respuestas que no encontraba mientras era creyente las encontré después con la ciencia y la filosofía.

–¿Es César Vallejo el autor que te cambió la vida?

–Vallejo, definitivamente. Los Poemas humanos.

–¿Algún poema en especial?

–Todo ese libro está lleno de grandes poemas, pero LOS NUEVE MONSTRUOS es una maravilla. Otro es el que dice:

Considerando en frío, imparcialmente,
que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
se complace en su pecho colorado;
que lo único que hace es componerse
de días;
que es lóbrego mamífero y se peina...

Esa poesía me ha marcado estética y éticamente. Y, por otro lado, hay un libro que me ha marcado mucho: El arte de amar de Erich Fromm.

Otros poetas peruanos importantes…

Martín Adán, Alejandro Romualdo, Magdalena Chocano.

Narradores fundamentales…

López Albújar, Ribeyro, Oswaldo Reynoso, Vargas Llosa, Alegría. El mundo es ancho y ajeno, para mí, es la primera novela en el Perú que ha hecho un registro de nuestra situación. Conversación en La Catedral es el segundo intento exitoso.

¿En qué momento se jodió el Perú?

El Perú se jodió cuando Lima se convirtió en la capital de lo más reaccionario de la colonia sudamericana. ¡Y lo sigue siendo! Tanto así que para la independencia del Perú tuvieron que venir dos corrientes libertadoras: una del norte y otra del sur y las condiciones se dieron de tal manera que la burguesía limeña vio que sus intereses económicos peligraban por la debacle que había en España. Entonces los criollos de Lima se alinearon al movimiento independentista para asegurar sus negocios. Se trataba de asegurar negocios y nada más. A esa clase social no le interesa el desarrollo económico del Perú.

–Cambiando bruscamente de tema, has estado este fin de semana en el concierto de Charly García, ¿qué nos podrías decir al respecto?

–Se puede resumir en esa satisfacción que sientes cuando terminas de hacer el amor con la persona que más amas o como cuando llegas a un sitio que te inspira mucho.

–Placer absoluto…

–¡Claro!

Si te lanzo nombres: Ribeyro

–Experto en meterse hasta en lo más recóndito de la mente de un personaje.

Un cuento suyo…

–Tristes querellas en la vieja quinta.

–Oswaldo Reynoso

–Un pocazo más complejo. Él ve los detalles externos para mostrar lo de adentro. Me encanta cuando Cara de Ángel está frente a la vitrina, mete las manos a los bolsillos y se “sintió más hombre que nunca”… Y te lo digo porque es pues la vanidad de la que debiéramos escapar.

–Bryce...

Reo de nocturnidad y Un mundo para Julius que la leí de chibolo y me pareció genial.

–Los nuevos poetas arequipeños… dicen que Arequipa es tierra de poetas.

–Me parece que es más leyenda urbana. Me parece que mejor está Puno. Antes estuvo Peralta, Oquendo… y hoy también veo mejor a Puno.

–De Arequipa, ¿ninguno?

–Es que los he leído muy poco. He leído a Martín Zuñiga. No me gustan los temas que trata, pero sí la manera cómo los trata.

–¿Actualmente hay más pose que poesía?

–¡Ah, desde luego! Cuando, para uno, más importante que la valoración que haces tú de ti mismo es la valoración que hacen otros de ti mismo, entonces eres un vanidoso. Actúas en función de los demás o de lo que va a generar admiración, eco en los demás. Ahí ya caíste, ya fuiste, ya no vas a crecer.

–¿Cuál es el cine que ha marcado tu vida?

Buñuel, definitivamente. Arika Kurosawa: ¡un grande! De Luis Buñuel, su película más social: Los olvidados, es un realismo chocante y a la vez revolucionario. Los sueños de Akira Kurosawa y Vivir, pero se necesita mucha sensibilidad para disfrutar esas obras de arte. Recomiendo a Kim Ki-duk, un cineasta coreano, Primavera, verano, otoño, invierno… y primavera. El mexicano Reygadas, los hermanos Rebella de Uruguay. El cine peruano ha tenido un mini-boom: Días de Santiago marca el comienzo de este mini-boom, Octubre, Paraíso. Ah, del cine extranjero no quiero dejar de recomendar ¿Dónde está la casa de mi amigo? de Abbas Kiarostami.

Del cine de Estados Unidos.

–Woody Allen: Annie Hall, una obra maestra. Te maneja narrativamente los tiempos, te maneja ironía, te maneja una relación muy peculiar y artística entre espectador y narrador, hace un tratamiento sicológico-cómico de nuestras debilidades, de nuestras miserias.

–Ford Coppola

–Extraordinario. Toda su filmografía. Es el verdadero arte. Y digo “verdadero arte” no en un sentido elitista. Es el problema: a todos los que nos gusta difundir la cultura, difundir el arte, nos ven como a unos huevones que queremos que el resto de la sociedad se dé el trabajo de entrar en nuestra élite. Y no es así. Yo digo “verdadero arte” en el sentido de que es algo creado, primero, con esfuerzo: habiéndose cultivado, habiéndose preparado y, segundo, sin poses: con humildad. Los grandes, todos los grandes, han llegado hasta donde han llegado porque son o fueron humildes.

–¿Qué es el cine para ti?

–No te podría decir qué es el cine para mí. Pero te podría hablar del arte en general.

–¿Para qué sirve el arte?

–Para lo mismo que la ciencia y la religión: ¡para lo que tú quieras! La religión sirve para estar en contacto con lo más trascendente del espíritu humano o de la naturaleza, según la religión de la que hablemos. Pero también puede servir para imponer una cultura de opresión y aprovecharse de la creencia de otros. ¿La ciencia para qué sirve? Puede servir para salvar una vida o para meterle una bomba a una comunidad entera. Lo mismo pasa con el arte.

–¿El arte nos hace mejores personas?

–Tú eres el que se hace mejor a través del arte.

–¿Con qué arte te quedas?

–La música. Como decía Óscar Wilde: la música es el arte por excelencia. Es el arte más abstracto y capaz de llevarte a lo que tú menos conoces de ti mismo. Porque ni siquiera sabes de qué te habla la música, cualquier melodía, en todo caso…

–¿Con qué melodía te quedas entonces?

–¡Imposible! Porque yo no podía elegir a Mozart y excluir a Sui Géneris.

–Están a la misma altura…

–Y a la misma altura de Silvio Rodríguez, de Atahualpa Yupanqui, de Alicia Maguiña, de Led Zeppelin, Beatles, Beethoven.

–¿Qué es la depresión?

–En primer lugar, no le creo nada a los siquiatras. Es una enfermedad del espíritu, también es cierto que sus causas son neuro-químicas, esto está bastante demostrado.

–Has sufrido depresiones…

–Sí.

–Y los siquiatras no ayudaron

–No. Mejor me hizo la ciencia, el arte, el deporte…

–¿Entonces a qué conclusión llegamos?

–A que uno solo tiene que trabajar en sí mismo. Esfuerzo denodado para lograr algo y no autoayuda barata.

–¿Y la religión?

–¿Yendo a misa a golpearme al pecho?

–¿A la idea de Dios?

–Ah, eso sí, y mejor si no le llamas Dios. Juan Gonzalo Rosé decía: también deberían haber catedrales para los ateos. Mi ateísmo no consiste en negar a priori cualquier existencia de una entidad superior… mi ateísmo consiste en no creer el cuentito que me quieren dar.

–¿Cuál es el cuentito que te quieren dar?

–Que Dios tuvo un hijo y que lo mandó a morir por nosotros…

–Pero Jesucristo vino al mundo…

–No lo sabemos, no está demostrado. Quizá existió y todo lo que hizo se tergiversó. Incluso hay razones para creer que fueron varias personas que hicieron cosas muy loables y luego juntaron la esencia de todas.

–En todo caso, si existió fue un revolucionario

–Por supuesto. Yo no sé cómo interpretará la oligarquía peruana que asiste a misa aquello de que “es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja a que un rico entre al Reino de los Cielos

–¿A qué personaje de la historia te hubiese gustado conocer?

–Al Che Guevara, a Gandhi…

–¿Les hubieses querido hacer alguna pregunta?

–Hubiese querido ser amigo de alguno de ellos. De César Vallejo, por ejemplo, por un ansia estética… Atahualpa Yupanqui, definitivamente.

¿Quién no debió haber nacido?

–Nadie. Hasta Hitler y Alan García… porque si no eran ellos, otros hubieran hecho lo mismo.

–¿En qué clase de amor crees?

–En la única.

–¿Cuál es la única?

–El amor que se cultiva, en el amor que es voluntario y, a la vez, espontáneo.

–No crees en la monogamia…

–No podría no creer, porque se da: creo en la poligamia como creo en la monogamia. Y de practicar esta última dependerá de las condiciones en que me encuentre.

–Entonces cabe la posibilidad de que, por un acto de amor, elijas la monogamia.

–¡Claro! Pero también de cómo concibas ese amor. Un amor que te exige monogamia es un amor contaminado con un entorno social. Un amor puro ni siquiera se preocupa por eso. Un amor verdadero no te exige nada, simplemente se da, pero con trabajo.

–¿Le tienes miedo a la muerte?

–Antes sí, ahora creo que ya no tanto.

–¿Crees que ya no tanto?

–Creo, porque no me he puesto a pensar mucho en eso. Antes tenía cierta neurosis con respecto a la muerte, ahora no.

–¿Qué quieres ser o hacer antes de morir?

–Ser útil.

–¿No tienes alguna meta?

–Es que si me pongo una meta, estoy empezando a creer en el éxito y el éxito no existe. Pero, en todo caso, hay un adagio que dice: desgraciado el hombre que muere sin hijo, ni árbol, ni libro. Entonces mi meta es tener hijos (no biológicos, necesariamente), árboles y libros.

–Quieres ser papá.

–Repito: no necesariamente biológico.

–¿Adoptar?

–Es lo mejor que se puede hacer.

–¿Quién es la persona que más te ha marcado?

–Mi madre.

–¿Tu madre por qué? ¿Qué es ella para ti?

–Una lucha entre cosas contradictorias que son parte de mí.

–¿Qué año te gustaría que te regalen?

–1994.

–Tu banda favorita de aquella época.

–¡Maná! (se ríe).

–Ya no te gusta.

–Ya no, nada que ver…

–¿Qué tema te acuerdas de este tiempo?

Un cachito de tu corazón





–¿Qué programa de TV mirabas?

–Ahí sí me la pones difícil, pero siempre miraba los Thundercats.

–¿Cuál era tu personaje favorito?

–Tigro, no sé por qué.

–Ya leías poesía…

–Todavía no.

–El 94 es el año del mundial, en ese tiempo te gustaba el fútbol.

–No me gustaba el fútbol, seguía convenciones para encajar en el grupo…

–Recuerdos del colegio

–Hay varios, ah. Jugando básquet, en segundo de media, con todo el colegio ahí en la tribuna coreando, alentando… Otro recuerdo: entra el Pedro Galdos a la clase y dice Bellatín y todos “uhhhhhhhhh”, luego el Galdos dice Guzmán “uhhhhhhh” y al final dice “Villena” y todos “Ahhhh”. Ja ja ja, ya sabían que era para algo académico.

–¿Para qué servían el primer puesto y los diplomas?

–Para alimentar la estupidez. Marcas una pequeña diferencia y empiezan las convenciones y la tontería de por medio. Uno debe compararse y competir consigo mismo; no compararse unos con otros. Por eso dejar de ser estúpido es tarea de toda la vida.

–Alguna persona que te haya inspirado…

Mi abuelita me inspiraba. Una vez me pasó algo pajísima, yo estaba en pleno ateísmo dogmático, o sea negaba de plano toda fe y estaba con las justas de tiempo para terminar un trabajo para la universidad, recontra atareado, y de pronto miro de reojo que ella me estaba echando cruces… y experimenté el amor de una manera tan intensa que me puse a llorar ahí… se me cayeron las lágrimas de emoción.

–¿Estás enamorado?

Sí, en un sentido maduro. Entre comillas “maduro”, o relativamente “maduro”, pero no con ese sentimiento de mutua pertenencia, de deseo de que tu vida cobre sentido a través de la otra persona, todo eso es una enfermedad cultural que arrastramos…

–Tu enamoramiento en qué consiste, ¿cómo se da?

–En cultivar y producir mutuamente, con libertad.

–¿Cuántos años de relación?

–Seis.

–¿Se podrían entonces casar?

–No me convence el matrimonio. No es trascendente para mí.

–Tus principales defectos…

–La vanidad, la arrogancia...

–¿Qué es el sexo?

–Es todo.

–¿Cuántas relaciones sexuales a la semana son recomendables?

–Depende de la libido que tengan los miembros de la pareja.

–Pero si la libido de la mujer da para todos los días y diez veces al día…

–¡Pues, felicitaciones!

–Pero el hombre tiene próstata…

–Que ella llame a sus amigos…

–Me estás jodiendo, Chino.

–No te estoy jodiendo: que ella llame a sus amigos y que encuentre a alguno que la satisfaga.

–¿Has consumido pornografía?

–Hasta los límites de lo saludable. Nunca fue un hábito. La pornografía es una mentira huachafa, es una vulgaridad.

–¿Qué opinas de la masturbación?

–Con la represión (que ha existido y que creo que todavía existe) y con la satanización de la masturbación, los jóvenes que empiezan a descubrir su cuerpo lo hacen a la loca, a la mala, procurando darse un placer inmediato y sin concentrarse en lo que están haciendo, pensando que es una cosa sucia y que tienen que salir del paso al toque. Entonces la masturbación se convierte precisamente en lo que dicen que es: un acto de consumo. En ese caso sí recomiendo que se corten la mano. Pero si se toman en serio la masturbación hay que incentivar a los jóvenes a que exploren su cuerpo con libertad y sin temores.

–Sientes que eres una persona que das más amor o le dan más amor

–Siento que doy más amor. Pero dudo mucho de eso porque el amor que das es el amor que recibes. Hay una canción genial de los Beatles que dice And in the end The love you take Is equal to the love you make. En resumidas cuentas, el amor que recibes es el amor que tú construyes.

–Si te vas a perder en una isla y sólo puedes elegir la obra de un autor…

–Nietzsche

–Director

–Kurosawa

–Cantante

–Silvio Rodríguez

–Una persona que te acompañe

–Mariella.

–¿Estás seguro de eso?

–Es lo natural: es mi compañera.

–¿La amas?

–¡Claro!

–¿Te vas a casar con ella?

–No lo sé todavía.

–Yo creo que sí, Chino.

–Hay una canción de Pablo Milanés que aclara mi sentir: “Yo no te pido que me firmes diez papeles grises para amar, sólo te pido que tú quieras las palomas que suelo mirar”.



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